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LOS CUATRO PECADOS MORTALES DEL LIDERAZGO CELULAR Cómo evitarlos y disfrutar de un ministerio celular fructífero y efectivo Publicado
en el Diario del Grupo Celular
(Primavera 2002) Por Joel ComiskeyCuando
llegué a encontrarme con la realidad me sentí presionado a funcionar y llevar
a cabo lo que se supone debía de hacer. Tenía que dedicarme a conocer a mis
vecinos, edificar comunidad en mi vecindario, y ayudar en el desarrollo de
nuestra nueva iglesia celular en Valle Moreno. Una nota
positiva: la presión me llevó a asistir a barbacoas de una asociación
comunitaria y a aparecerme en las reuniones de los lunes por las noches para el
juego de fútbol en el club social de la comunidad. Pero yo sabía que ésta no
era una manera saludable de edificar mi iglesia. Aunque
había estado sintiendo esta presión por meses, me lo guardé para mí mismo.
Una noche confesé la presión que sentía de funcionar bien en mi reunión de célula.
“Me siento tan presionado de alcanzar a mis vecinos,” le dije al grupo.
Recibí oración, pero no pude precisar la fuente del problema y todavía sentía
que desempeñaba mi ministerio de una manera no natural y poco sana. Después
de la reunión hablé con mi esposa y me dí cuenta que me estaba sintiendo
presionado por colocar toda la responsabilidad sobre mis propios hombros. ¡Estaba
asumiendo una responsabilidad que solo Dios podía tomar! Sí,
Dios está intensamente interesado en alcanzar a mis vecinos y en edificar una
iglesia celular en Valle Moreno. Sin embargo, me imaginaba que yo tenía que
hacer que esto sucediera. El resultado fue un vago sentido de tensión que se
convirtió en presión – lo cual comenzó a consumirme. Dios me
mostró que Él desea darme Su yugo ligero a cambio de mi pesado yugo. Cuando me
di cuenta de esto, la carga se disipó. A través de esta experiencia Dios reveló
cuatro pecados mortales que podrían fácilmente destruir su ministerio como líder
de célula. # 1
ASUMIR RESPONSABILIDAD QUE NO ES SUYA Estaba
estableciendo metas poco realistas, que eran imprecisas e inalcanzables. Dios me
recordó los comentarios de Larry Crab en La Clave para el Cuidado acerca
de la diferencia entre una meta y un deseo. Crabb dijo: “Una
meta puede ser definida como un propósito con el cual una persona está
comprometida de manera inalterable. Esa persona asume responsabilidad
incondicional por una meta, y puede ser alcanzada si está dispuesta a
trabajar por ello. Un deseo puede definirse como algo que se quiere y que no
puede obtenerse sin la cooperación de otra persona. Es un objetivo por el
cual una persona no puede asumir responsabilidad, porque se halla más allá
de su control. El alcanzar un deseo no debe convertirse nunca en el propósito
motivador tras la conducta, porque entonces la persona está asumiendo
responsabilidad por algo que no puede cumplir por su cuenta” [itálicas mías]. Caí en
la cuenta que yo estaba confundiendo deseos con metas – aquello que yo podía
lograr y aquello que estaba más allá de mi control. Mi deseo
era ver conversiones en mi vecindario y crear un sentido de comunidad. Claro,
este es un deseo maravilloso. Pero Ud. se dará cuenta que solamente Dios puede
hacer que esto suceda. Yo estaba tratando de tomar el lugar de Dios. Ahora me
doy cuenta que Dios quiere que establezca metas claras, de una dimensión
adecuada y que esté dentro de mi rango de poder el alcanzarlas. Por ejemplo,
puedo lograr las siguientes metas: ·
Invitar a mi
vecino a jugar tenis. ·
Invitar a mi
vecino a mi casa para un evento especial (un postre, etc.). ·
Considerar como
valioso el hablar con mi vecino en el patio del frente. ·
Estimular al
potencial líder de mi célula a comenzar la pista de entrenamiento. ·
Darle a mi
potencial líder de célula oportunidades para usar sus dones y talentos en la célula. Estas
metas son factibles. Puedo alcanzarlas. Por otro lado, los deseos se hallan más
allá de mis propias habilidades para alcanzarlos. He aquí algunos ejemplos de
mis deseos: ·
Que mi vecino
responda a mi invitación y que realmente juegue tenis conmigo. ·
Que mi vecino
acepte la invitación de venir a mi casa para un evento especial. ·
Que la persona
que he identificado como un potencial líder de célula en realidad entre a
nuestra pista de entrenamiento de liderazgo. Para
hacer práctica esta diferencia tomemos un interés típico para todos los líderes
de células: la multiplicación del Grupo. Muchos líderes
experimentan tensión cuando piensan sobre este tópico. Una causa principal
para esta tensión es poner metas poco realistas e imprecisas basadas en deseos
altísimos en lugar de metas factibles y de tamaño adecuado basadas en lo que
realmente puede hacerse. Las siguientes metas se pueden conseguir y conducirán
a la meta de la multiplicación: ·
Hablarle a un
miembro de la célula acerca de facilitar la próxima reunión de la célula. ·
Guiar a este líder
potencial a través del entrenamiento de su iglesia. ·
Establecer una
fecha para la multiplicación y recordarle constantemente al grupo esa fecha. ·
Darle al futuro
líder de célula amplias oportunidades dentro de la célula para participar en
el ministerio a otros y facilitar las reuniones. ·
Recordarle al
grupo semanalmente de su necesidad de evangelizar y de invitar a sus amigos no-Cristianos. Como
puede ver sus metas deben ser factibles y medibles. Ellas debiesen estar basadas
en posibilidades claras en las que Ud. tenga control. El
confundir los deseos con las metas, aunque sutil, hace una diferencia enorme en
su bienestar emocional. Cuando Ud. está presionado a desempeñarse con eficacia
– a cumplir la meta por Ud. mismo – su paz desaparece y te sientes
tensionado, sabiendo que no vas a tener éxito. Tristemente,
en este punto, muchos líderes de célula se cobijan en su resignación, sin
mencionar nunca la verdadera razón. No saben porqué se sienten como se sienten.
Sospecho que el confundir deseos con metas es la razón en muchas ocasiones, lo
que conduce al agotamiento. No caigas en esta trampa. # 2 HACER TODO EL TRABAJO “Yo
soy el líder de la célula. Necesito hacer todo el trabajo.” Falso. El líder
de la célula es el facilitador, no el caballo de carga. Tú eres la persona que
orquesta el trabajo que todo el grupo va a llevar a cabo. ¿Recuerda
el concepto de pescar con red versus pescar con caña? Es el equipo el que hace
el trabajo. ¡Todos participan! Hay
demasiado trabajo como para que un solo líder lo haga. Considere las presiones
que un líder de célula asume cuando abraza la declaración “Necesito hacer
todo el trabajo.” ·
Preparar y
facilitar todas las varias partes de las reuniones semanales, haciendo que luzca
bien pulida y profesional. ·
Alcanzar
personalmente a sus amigos perdidos (y a los amigos perdidos de los miembros)
para Cristo. ·
Encontrarse con
cada uno de los miembros del grupo tan a menudo como sea posible para funcionar
como mentor y discipularles a fin de que se conviertan en creyentes fuertes. ·
Entrenar a un
interno o aprendiz para que puedan observar lo que haces, de manera que cuando
levantan su propio grupo puedan saber qué hacer. En lugar
de hacer todo Ud. mismo – lo cual nunca creará un sentimiento de comunidad o
nuevos líderes – ¡involucre al equipo! Pídale a alguien en el grupo que se
encargue de los refrescos, la oración, la adoración, y el tiempo de ministerio
en el grupo. Pídale
a cada familia anfitriona que guarde el póster de la “Lista de Bendición”
y la despliegue en el salón donde se estarán reuniendo. A cada anfitrión
también se le puede dar la responsabilidad de planear y celebrar un evento
divertido en los próximos tres meses para relacionar a los amigos no creyentes
con el grupo. ·
Establece
relaciones de mentor-discípulo en tu grupo (o asociaciones para rendir cuentas
mutuas) y llámales para ver cómo les está yendo. Estas relaciones serán muy
fructíferas si es que tienen alguna tarea difícil que completar juntos, como
el discipulado de tu iglesia o la pista de equipamiento. ·
Reúnete con tu
interno o aprendiz cada semana y decidan juntos cuáles son los siguientes pasos
para vuestro grupo. Luego, permítele que aprenda por medio de la experiencia de
primera mano dejando que dirija en la célula el ministerio de los unos a los
otros y algunas actividades de alcance, lo mismo que facilitar las reuniones
semanalmente. Esto reducirá tu carga de trabajo y les dará a los nuevos líderes
una visión para el futuro. Al
involucrar a otros y forzarte a ti mismo a compartir la responsabilidad, el
grupo se transformará en un lugar emocionante de ministerio y crecimiento. Y no
te sentirás como Atlas, con todo el peso del mundo sobre tus hombros. # 3 PENSAR QUE TODO DEPENDE DE TI Olvidé
que solo Dios puede traer convicción y crear puertas abiertas para el Evangelio.
La pregunta clave que debemos hacernos a nosotros mismos es: “¿Dónde está
Dios operando?” Descubrí
esto con mis vecinos. Me estaba concentrando en mis vecinos de al lado ya que me
son visibles inmediatamente cuando abro mi propia puerta del frente. Pero Dios
me mostró que yo necesitaba ampliar mi perspectiva para incluir a aquellos al
otro extremo de la calle quienes eran mucho más receptivos. Con este nuevo
pensamiento fui capaz de establecer contactos rápidamente porque Dios abrió
las puertas. El
Salmista escribió: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que
la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmo
127:1). Vaya en pos de aquellos contactos con no Cristianos en los que vea a
Dios operar. Pablo el
apóstol dijo, “Yo
planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que
ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”
(1 Corintios 3:6-7). Solamente
Dios puede convertir un alma, motivar a alguien a entrar al entrenamiento para
el liderazgo o multiplicar su grupo celular. Los
líderes efectivos no asumen la responsabilidad por hacer que esto pase porque
esto solamente resultaría en presión para llevar a cabo las cosas y tener éxito
sin el poder de Dios. Pero, los mismos líderes sí toman pasos prácticos para
plantar y regar, dejando el resto a Dios. Y, asumen la responsabilidad para
asegurarse de que hayan suficientes acciones concretas positivas (metas) que
eventualmente resulten en el brote de la cosecha. De
manera que, planee trabajar con su equipo y siembre en relaciones con los
perdidos, compartiendo el Evangelio cada vez que sea posible. Luego riege el
terreno por medio de la oración y el ayuno, amando a estas personas
incondicionalmente. Dios enviará Su Espíritu sobre ellos y los acercará a Sí
mismo. Observe y mire cómo opera Dios cuando Ud. hace su parte y le permite a
Él hacer Su parte. # 4
DARSE POR VENCIDO CUANDO LOS RESULTADOS SON POCOS Los líderes
efectivos no son necesariamente talentosos, dotados o extrovertidos. Pero sí
tienen una cosa en común. Son persistentes. ¡No se rinden! Cada
semana le piden a sus miembros que inviten a alguien. Cada semana tratan de
hacer contacto con los miembros de la célula, ya sea por medio del teléfono o
personalmente cada vez que sea posible. Eventualmente, algo hace
"click." Dios opera. Usted
podría comparar lo que estoy diciendo con el sembrar y el cosechar. Si usted
siembra escasamente, usted cosechará escasamente. Si siembra abundantemente,
usted va a cosechar abundantemente. Por
ejemplo, discutamos un poco sobre la Lista de Bendición (la lista de personas
no-Cristianas relacionadas a cada uno de los miembros de su grupo). Es tentador
darse por vencido cuando no vemos que nuestras oraciones son contestadas rápidamente.
Debemos recordar que George Mueller, un hombre que fue modelo de la oración
efectiva, oró a lo largo de toda su vida para que cinco amigos conocieran a
Jesucristo. El
primero de ellos vino a Cristo después de cinco años. En un período de diez años,
dos más recibieron a Cristo. Mueller oró constantemente por casi veinticinco años,
y finalmente el cuarto hombre fue salvo. Oró por su quinto amigo hasta el
momento de su muerte, y este amigo también vino a Cristo unos pocos meses después
de que Mueller falleció. Mueller había orado por casi veinticinco años por
este último amigo. Dios no
mira el tiempo de la misma manera que lo hacemos nosotros. Él escucha cada
oración que usted hace, y Él desea que usted persista hasta el fin. A veces
usted va a querer darse por vencido. No lo haga. Dios está escuchando sus
oraciones y está complacido con ellas. En Su tiempo la respuesta vendrá - rápidamente. Continúe
animando a los miembros de su célula a extenderse y a invitar a las personas, aún
cuando vean pocos resultados. Recuerde la Escritura de Proverbios 14:23:
"En todo trabajo hay ganancia, pero el vano hablar conduce sólo a la
pobreza." Su diligencia lo llevará al éxito si se mantiene haciendo el
esfuerzo. La bendición de Dios se halla a la vuelta de la esquina. CONCLUSIÓN
Para continuar dirigiendo un grupo, multiplicar ese grupo, y cuidar de los nuevos líderes como lo hace un entrenador usted necesita la luz y el yugo fácil de Cristo (Mateo 11:30). Evite los pecados comunes a los líderes de célula que van a dañar o incluso echar por tierra su ministerio. Establezca metas factibles; use a su equipo; descubra dónde está Dios operando y persista hasta que vea los brotes de los frutos. Con esta clase de ministerio usted será capaz de evitar el agotamiento y continuará con un ministerio celular fructífero a lo largo de su vida. |